jueves, 2 de agosto de 2012

El hombre que no sabía mentir



el hombre que no sabía mentir



aquel miedo en tus ojos:
lo recuerdo algunas tardes…

cuando, sentada en la cama,
abatida por la enfermedad,
me preguntabas:

¿crees que me voy a morir?

y yo te decía que no,
no ibas a morir

sabiendo que sí,
que ibas a claudicar
en breve

y rezando por dentro
para que no descubrieras
la mentira en mis pupilas.


José Angel Barrueco, Inédito

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