lunes, 5 de septiembre de 2011

Los piratas de Astérix


Hace unos días, haciendo zapping, encontramos en un canal una de las películas basadas en los tebeos de Astérix y Obélix (me refiero a las películas de dibujos, no a las de Depardieu). Creo que era la de Astérix y Cleopatra. La dejamos un rato para observar si el niño se fijaba o no en los colores y en los sonidos. “A mi madre le gustaba mucho Astérix”, le dije a M. Pero, sobre todo, la evoqué en la escena en la que aparecen los piratas. A mi madre le apasionaban esos piratas: torpes, mezquinos, desafortunados y con corazones de oro. Se reía mucho con el vigía negro y con las desventuras de todos ellos, cuyo barco siempre acaba naufragando. En el fondo, puede que aquella sintonía fuera debida a que solía estar del lado de los perdedores; o, al menos, solía empatizar con ellos. Recordar estos cómics me hace rememorar la risa de mi madre; y no era fácil hacerla reír. Si os fijáis, la viñeta que he elegido es un homenaje al cuadro “La balsa de la medusa”, de Gericault; una manera de unir dos de las pasiones de mi madre: los galos de tebeo y la pintura.  

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